"A nuestro club le calza justo encarar proyectos serios y a largo plazo. Priorizar las inferiores. Después de cuatro años de trabajo y de tener las inferiores bien competitivas, creíamos que era el momento de dar el salto al Argentino B porque atrás teníamos una base muy sólida. En los últimos tres años terminamos primeros en la general de inferiores y ganamos la Copa Challenger. Era el momento".

La frase le pertenece a Marcelo Cardellino, referente dirigencial de este Kimberley sin proponérselo. Pero dueño de ideas claras y de mucho sentido de la ubicación.

-¿Qué se cambió en inferiores? Porque de Kimberley casi siempre salieron buenos jugadores...

-El quiebre fue el ingreso de Damián García como técnico y al tiempo el de Fabián Villarreal como coordinador. Todos nuestros técnicos tienen un gran sentido de pertenencia hacia el club y hacia el grupo de trabajo. La idea es que todas las divisiones sean competitivas y que todas respeten la misma idea de juego. Así el que sube de categoría se inserta sin problemas en la siguiente. El ascenso nos permite ahora promover chicos que ya están para tirarlos a la parilla.

-No tocaron mucho del equipo que ascendió...

-Es que este es un proyecto bien marplatense. No teníamos que traer de afuera. Si vos le das las herramientas, el jugador de acá puede mejorar. Después nos sorprendemos con los jugadores marplatenses que aparecen en categorías superiores.

-¿Hasta dónde quieren llegar?

-No es el objetivo llegar al Argentino A. Pero queremos estar a la altura de las circunstancias y que por algunos años nuestros chicos de inferiores tengan la chance de subir a niveles de entrenamiento más exigentes. Eso va a provocar que sigan surgiendo chicos y que podamos nutrir la primera de jugadores propios. Y si a alguno le sale una oportunidad mejor, bienvenido sea. Mientras tanto, no debemos perder la vista seguir trabajando en la villa para que los chicos y los entrenadores tengan más comodidades. En esas condiciones, llegan los resultados. El fútbol no es exacto. Pero, a la larga, a los que trabajan bien les va bien. Salvando las distancias, nos gustaría parecernos a Lanús o Vélez.

-¿El Argentino B les cambia todo?

-Cambian la exigencia, la logística y los números. Pero formamos un equipo muy sólido de trabajo con Carlitos Silva, que es un amigo que me dió el fútbol, con Claudio Servera y Luciano Mignini. Lo queremos encarar de la mejor manera posible y sin olvidar nuestras prioridades. Acá una de las consignas fue mantener el plantel que ganó el ascenso y sumar pocos jugadores, de buena calidad, y humanamente muy parecidos a lo que tenemos. Damián se fija mucho en la formación de grupos..

-¿Está Kimberley ante una oportunidad de volver a ser?

-Hay gente que iba a la cancha en los setenta o en los ochenta a los que les empieza a hacer ruido todo esto. Sería bárbaro que vuelvan con sus hijos y sus nietos. Confío en que la gente nos acompañará. Queremos volver a jugar los domingos a las 11, un horario que nos parece bárbaro para que se acerque el público.

"El Estado tiene que acompañar y apoyar"

El tema surgió espontáneo. Pero siempre apasiona. "Creo que el Estado tiene que acompañar y apoyar a los equipos que representan a la ciudad. En la forma que pueda, pero tiene que estar", afirmó Cardellino.

Pero, al mismo tiempo, el directivo kimberleño consideró ese apoyo. "Los clubes tenemos que hacer bien los deberes. Por ejemplo, me parecería una grosería pedir ayuda para cambiar técnico y quince jugadores por año. Eso es tirar la guita", reflexionó.

Sin embargo, Cardellino se quedó sólo con la parte de Kimberley. "El apoyo estatal más fuerte, más que para los equipos que representan a la ciudad, tiene que dirigirse a los clubes de la periferia, los más humildes de la ciudad, que cumplen una función social y de contención muy importante. Hoy muchos clubes son felices con sólo jugar los campeonatos de la Liga. A mí me gustaría que a esas instituciones le den las herramientas para mejorar sus canchas, sus vestuarios y levantar un poquito la estructura. Yo creo que, si hay dos categorías, hasta los mismos terceros que están cerca de los clubes, padres de los jugadores, se van a involucrar sólo para ver a sus hijos jugando en la división más importante. Creo que así se puede mejorar. El Estado con poco puede ayudar. Algunos clubes no lo precisan, pero la gran mayoría sí.

-¿Cuál te parece que sería la forma?

-Algún tipo de subsidio que luego permita controlar o medir lo realizado. Hay canchas imposibles o vestuarios que están muy mal. Y lo que reciban los clubes tiene que ir a mejorar esas cosas. Pero, también, si existen objetivos deportivos, se arrimaría más gente a colaborar para alcanzar el mejor nivel. Tal vez sería bueno la vuelta de las dos categorías. No sé cuál es la forma. Pero necesitamos incentivar a los clubes para que nivelen hacia arriba y darle herramientas para que lo hagan. Pero la intervención no tiene que ser de la Liga, si no del Estado. Se destinan partidas de dinero para muchas cosas que no son tan importantes como el deporte y la contención social.

-¿Y para los clubes que representan a la ciudad?

-Creo que sería razonable que a los equipos de fútbol o básquet le cedan sin costo los escenarios municipales. Pero siempre con control. Con la obligación de funcionar bien por el lado de los clubes. Tienen que haber premios y castigos.

Por Sebastián Arana, diario LA CAPITAL