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22-05-2013

Kimberley ascendió al Argentino B

Ganó en Tres Algarrobos y se consagró en el Torneo del Interior

Kimberley escribió ayer una página imborrable para la historia del fútbol marplatense. En rodeo ajeno, ante más de mil quinientas personas que fueron a la cancha a ver la consagración de F.C. Tres Algarrobos, jugó y guapeó por partes iguales para encarrilar una final de alto voltaje emotivo. Carlos Gabutti, el Gran Capitán, marcó el gol del 1-0 definitivo que le permitió ganar esta segunda y última final del Torneo del Interior de fútbol y así asegurarse una plaza para el próximo Torneo Argentino B.
Como se esperaba, fue un partido durísimo. Que Kimberley jugó con el coraje y la  determinación que la situación requería. Inicialmente, enfocado en presionar a los volantes rivales para no pasar sobresaltos cerca de Benítez.
Ese plan lo pudo sostener durante el cuarto de hora inicial de un primer tiempo complicado. No dejó pensar, no dejó elaborar al equipo local, obligó a Santos, el conductor local, a ir casi de punta para escapar de la telaraña del medio. Y fue más preciso que su rival cada vez que recuperó el balón.
Así tuvo una chance clara a los 4’ cuando Zamorano desbordó tras un pase largo de Alvarez y sacó un centro a la carrera que Parra conectó de cabeza en el punto penal apenas por sobre el travesaño. Y enseguida lo tuvo Murno con un cabezazo a las manos de Carreras.
Pero, tras ese buen arranque, Tres Algarrobos, que también se jugó la vida, peleó el medio de igual a igual. Con el argumento de la pelota aérea al área. Pero también con interesantes asociaciones por la derecha entre Gottardi y Bornes.
El equipo marplatense pasó sofocones fuertes. A los 16’ , tras un pelotazo cruzado, Santos eludió a Corti, desairó a Benítez con un enganche y cuando se aprestaba a rematar, Severa cruzó providencialmente y salvó. Nueve minutos más tarde, Gómez peinó en el primer palo un tiro libre de Echeverría y Gabutti, con otro golpe de testa, despejó por arriba del travesaño cuando la pelota se metía. Y a los 29’ Gottardi, en el ángulo derecho, salió bien de un encierro, tocó atrás a Bornes, cuyo remate fue desviado por Fuensalida a la pasada. La pelota, cuando ya Benítez no tenía chances, salió al lado del palo.
Después de pasarla mal por un rato, Kimberley se reencontró con la precisión para salir del medio. Y fue cuestión de conectar tres o cuatro pases para generar chances. De Hoyos lo tuvo a los 39’ y remató afuera. Corti, a los 41’ , tras un gran pase de Murno, y fue tapado por Carreras.
Del córner, el gran golpe. Ejecutó Zamorano con justeza y Gabutti en el punto penal, saltó y metió un cabezazo muy fuerte que venció al arquero y fue el 1-0.
Ahí se empezó a armar un verdadero partidazo. Ida y vuelta. Electrizante. Porque Tres Algarrobos fue con todo y Kimberley fue peligrosísimo en cada réplica. Un minuto después del gol, Del Potro (había ingresado poco antes por Romero, que estaba amonestado y ya jugaba al filo de la cornisa) salvó con la nuca, a lo Vasco Olarticoechea en México ’86 frente a Inglaterra, un cabezazo de Bornes por el segundo palo. Y cuando la primera parte se moría Gottardi frenó de atrás con falta una clara réplica de Ferreyra y se fue expulsado por doble amarilla.
Las llegadas fueron tantas en el segundo tiempo que su recuento llevaría mucho más que este espacio. En un arco y en otro. Damián García no rearmó línea de cuatro. Del Potro fue un perro de presa más en el medio para no permitirle generar fútbol al equipo local. Pero del primero al último jugador marplatense corrieron como si fuera la vida en el esfuerzo. Fue un derroche de coraje del primer al último instante para no permitirle crecer al equipo local, cuyo ataque fue perdiendo fuerza paulatinamente ante tanto orden y despliegue fìsico.
Kimberley, con espacios, siempre tuvo las ocasiones más importantes en un segundo tiempo de locos. Pese a perder por doble amarilla, a los 15’ , a Diego Alvarez. Dispuso de siete chances una mejor que otra y, además, le anularon dos goles a Parra, uno correctamente y otro muy finito. Pero ese enorme arquero que es Carreras se interpuso ante casi todas con intervenciones espectaculares. En la que no pudo, De Hoyos, después de gambetearlo, definió desviado y con el arco vacío
Pero Tres Algarrobos, aunque menos, tuvo también ocasiones enormes. En todas ellas, redimiéndose del error en la ida, emergió la figura de Guillermo Benítez, quien entre los 21’ y los 25’ se jugó la vida tres veces para taparle el empate, sucesivamente, a Bornes, a Gómez y a Fuensalida. Y en la última complicada, a los 39’ , metió dos veces el manotazo para desviar sobre el travesaño un cabezazo del ingreso Maldonado.
El impulso local, en definitiva, decreció con el correr de los minutos. Kimberley, con su formidable entrega, terminó aliviado y más cerca del segundo que su rival del empate.
Al cabo de la serie, el equipo marplatense fue superior. Individual y colectivamente. Y tuvo un plus anímico conmovedor. Que podría simbolizarse en el capitán Gabutti, quien estuvo a punto de no jugar por un desgarro, lo hizo como pudo y fue el autor del gol del acenso y una gran columna de la defensa. Pero todos y cada uno tuvieron ese sustento espiritual que está detrás de todos los grandes logros. Y que, desde el banco, más allá de cuestiones técnicas o tácticas, sabe insuflarles Damián García a todos sus equipos.

Fuente: LA CAPITAL

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